viernes, 29 de abril de 2016

EL CAMINO DE LA ENTRADA

"Voy a sembrar el camino que se acerca a esta casa de alambre de espino. Decoraré con sangre las púas que destrozarán la piel de quien piense en acercarse; así al menos sabré que nadie se acerca por miedo. Un miedo que, de tan justificado, se convertirá en atávico y dominará absolutamente todos los instintos. Será la sangre seca de las púas erizadas hacia el cielo la que cale los falsos deseos de mirar pero no querer ver en realidad. Ahuyentar a conocidos y extraños, eso sí, pero cada cuál sabe que a una puerta siempre son muchas vías las que llegan. Pero una, esa única y concreta, quedará arrasada de metales hirientes y lascivo, anhelante de jirones de piel y carne que devorar. Ajados, perdidos y espantados quedarán los músculos que consigan recorrer los escasos metros que separan el mundo de este portal aciago y casi olvidado. Al final, llegue quien llegue, solo un manojo de nervios y de pupilas perdidas llegarán hasta este quicio tan al aire que está escondido a la vista de los demás. Esta casa, tan erguida ante todo desde tantos años, será el final de lo que pueda acercarse. 

Voy a sembrar el camino de un alambre afilado que atajará intentos de querer venir. Va a quedar tan enterrado, tan perdido en un suelo inhóspito, que no habrá exploración que lo sortee, que no habrá dios que lo evite sin perder en ese momento la bula de su pecado original. Destrozarán, arañarán y dejarán tendones al aire, al amparo únicamente de una luna y un cielo que no cuidan ya a nadie. El frío arraigará en esas heridas y así todo morirá: impulsos, nervios, ansiedad, imaginación y los miles de pinturas que esperan tras estas cuatro paredes. Todo muerto.

Todo yermo en el erial que quedará a las puertas de esta casa medio en ruinas, aunque tan reluciente... Ni las flores, ni las malas hierbas, ni un mísero insecto se acercará por este camino angosto y oscuro. Todo muerto en este desperdicio de tiempo en el que se recorren escasos metros. Todo ausente, todo quieto, todo ciego, todo sordo, todo en el más absoluto silencio...

Pero bien, así es casi mejor. Si al final nadie piensa acercarse al umbral de este edificio medio en ruinas, mejor impedirlo por si las ideas equivocadas. No, así estamos bien, cada uno bien perdido y guardado en la seguridad de su casa. No, así nos quedaremos, aislados tras un camino de espino que no perdonará un vacilar inoportuno. No, así mejor, que para todo lo conocido, ya no se trata ni de que sea malo o acabe peor.

Voy a sembrar el camino de filos y así aparecerá, como de la nada, quien pueda caminar sin sentirlo, quien solo piense en acercarse a la puerta de esta casa tan cerrada y llena de telarañas, tan en desuso que ya no le funciona ni la aldaba que sonase tiempo atrás."

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