"Después de la esperanza, a mí no me queda nada. Aparecen las imágenes deseadas y, de repente, todo pierde la importancia y se desmorona en lo no esperado. Ahora que aguas más claras reflejan una ansia interior, un "nunca pude" y un "no encontré", el tiempo se congela con el aire que, incrédulo, se espesa y petrifica ante unas palabras.
Meses pasados en el abandono, pensamientos enterrados como mejor remedio... todo echado a perder. Y ahora, fruto de una nada hambrienta y devastadora, el mundo se diluye en las caricias de quien vino después. Ahora, pese a abrazos que van, abrazos que se pierden, me da exactamente igual. Y el presente...
Ahora se abren campos interiores y cosas que nunca se dirán; pero se abren y dejan un exterior de recuerdos no vividos. No vividos... Está bien por una parte y, aunque con pena, está bien que sean otros los que morirán. Que se pierdan mis palabras en un mar incomprensible, que hasta el fin tendrán el significado de una vida incomprendida y la ignorancia de un mirar que no entiende lo que ve.
Hasta aquí, y en adelante, lo vivido marcó un hito. Y ahora, tan presente, el olvido se encargará de hacer mella en el recuerdo y erosionará cada una de las partes de la incomprensión por mi vida. Desde aquí, y a cada instante, aprenderé a olvidar y a sacar cuanto antes de mi vida aquello que no la sepa interpretar. Desde ahora y esta noche, está fuera todo aquél que no quiera intentar entrar."
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