domingo, 16 de junio de 2013

DE VEZ EN CUANDO

"De vez en cuando, sin quererlo, la luz se apaga. Yo aguanto la energía, pero cada partícula de luz se esfuma, se desvanece. Todo queda a oscuras y, por mucho que abra los ojos, ninguna imagen tiene sentido: es todo negro.

Entonces aparecen los desiertos teñidos de un ambiente solitario. Las raíces de un alguien que no debe ser inundan el cielo y se agarran a cada pensamiento; lentamente, en un suspiro, le chupan todo lo valioso y crecen, abarcando aún más hasta no dejar ver el firmamento. El sol se oculta cobarde y deja que las sombras negras campen en el destierro de un astro olvidado por el momento. Crecen, y la realidad se convierte en una cueva cerrada por raíces que no permiten apreciar el discurrir del tiempo.

Una palabra y todo este mundo caerá, vencido y hundido por el brillo de algo externo, de otra forma y de otro mirar. Un suspiro y dejará el mundo de ser mundo, pero eso no es lo que va a pasar. Las palabras, por lo visto, no son nada ni suficiente, por muchas que se escriban. Nada de lo grabado a fuego en cualquier momento puede abatir la soledad del desprecio. Así que "nada" se convierte en "nadie". El suspiro no era más que aire.

Y, a veces, cuando todo esto ocurre, la mente se va de paseo y se pierde, se extraña, y el camino más acertado no es el de vuelta a casa. Y, a veces, perdido en el tiempo, comprendo que hoy nada es nada, que solamente he sido yo imaginándome lo que quiero."

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