miércoles, 10 de abril de 2013

PALABRAS

"Me empiezan a faltar las palabras. Estoy acostumbrado a poner una letra tras otra para describir todo un mundo, y ahora me encuentro solo en mitad de un papel vacío, mirando perdido si por el borde del folio aparece algo. Pero nada ocurre y no lo entiendo. 

La realidad ha llegado a ser un reflejo de mis ojos, calco de pensamientos, imagen del vivo recuerdo del interior que conservo. Con escaso esfuerzo, he impreso para siempre lo que no me preguntan y he buscado la belleza aunque no la llegase a encontrar. He plasmado lo que no se toca, lo que no se ve, lo que nadie entiende; me he visto nadando en mares de ideas vivas y únicas, de ideas que han marcado la dirección del viento. Quedan en pie mis edificios de cristal, mis ciudades de ensueño, mis noches de luces brillantes, de soles y lunas danzando al son de aquellos dos que caminaron juntos y en silencio. También quedan las guerras, las tragedias que convertí en historias inconexas, en fragmentos reducidos e inocuos; quedan allí los desiertos de un sol abrasador y del quemar del tiempo que me atraparon sin salida, perdidos entre seres oscuros arrancados del rincón más profundo de la negrura del interior. Quedan, pues, mis palabras agotadas y vividas, escritas como único remedio cuando el pecho se hincha con la presión del silencio. Y son tantas...

Pero ahora que intento cerrar los ojos y esperar que por mi cielo cruce alguna de estas palabras volando (de las que iniciaron la vida, de las que acabaron con la muerte), toda la oscuridad se llena de letras relucientes, de luces bordadas en mensajes increíbles. Todas estas palabras que ahora vienen son las que deberían ocupar el papel vacío, pero cuando intento cogerlas con la punta del bolígrafo, se diluyen. Desaparecen a toda prisa y se esconden en un lugar lejano al que más tarde llego para darme cuenta de que eres tú.

En ti, mis palabras se pierden como el sonido del vinilo en el viento. No me evitan, al contrario: me guían directamente al centro de su nacimiento. Allí, como recuerdo e imagen encarnada, solamente encuentro unos ojos marrones, una sonrisa y un silencio que, de tan prolongado, se hace eterno, con la única interrupción de lo dulce de una voz. Las palabras se esconden y dan vida poco a poco a un cuerpo, a un rostro, a miles de sentimientos que, por no tener, ni tienen nombre. Aquí se quedan a la vista pero inmóviles, evitando la prisión de mi papel en blanco y yermo.

Contemplando esta escena de locura (sí, locura: por lo sentido, por la falta de apego a todo menos a...), he comprendido que por mucho que lo intente, por miles de páginas que escriba, hay palabras que nunca quedarán reflejadas; al menos no lo haré con tinta. Entiendo que todas estas palabras se niegan porque no me pertenecen, porque la única razón que tienen es vivir por ti, para describir lo que significas aquí dentro.

Así, la próxima vez que nos veamos, te diré con los ojos lo que no puedo decirte con la voz por no ser este tu momento, o el mío. Quizá me puedan los nervios e intente plasmar todos esos sentimientos, pero eso no querrá decir nada porque esas palabras te pertenecen y se quedan inmóviles en su sitio, esperando agazapadas a que se las lleve el viento una noche... hasta ti.

Sólo espero poder verte pronto para sentir todo esto y no imaginar tu figura, y no recrear tanto recuerdo, para que las palabras desaparezcan al tenerte frente a frente y queden deshechas y convertidas, por una vez, en puros sentimientos.

Y esta vez, es por ti."

No hay comentarios: