"Sentado en la terraza de un bar, como tantas veces, miro la calle y veo cómo todo se transfoma. Los adoquines y el asfalto cambian, y también los edificios, y todo queda convertido en un paisaje de cristal. La luna, todavía despertando su brillo, imprime reflejos de colores por todas partes, se esparce y pinta el ambiente y difumina el aire. Me rodean un millar de puntos irisados que se mueven al son de las luces de la calle y yo simplemente observo la escena.
La gente, al pasar caminando distraída, deja una estela borrosa tras de sí y esta persigue a su dueño como un pasado que no acaba de dejar de existir. Se mueven lentamente, como si el mundo a mi alrededor pareciese girar más lento, con un tempo cadencioso. Yo, inadvertido obsevador, veo como unas personas se acercan a otras, se encuentran. Veo los gestos claros como palabras: ojos que se esquivan, bocas que dicen más de lo que quieren y manos que no saben dónde ir. Veo mil historias al momento, historias de amor que no ocurrieron, de batallas internas e infiernos desatados; y veo la belleza de todo: de lo auténtico, de la calma, de la ira, de lo oscuro y de lo sagrado. Lo veo todo con la claridad de mi propio mundo, con la transparencia del cristal más limpio.
Alguien abre la puerta de la cafetería y la música del interior escapa. Al salir, da un nuevo aroma al mundo y éste parece responder. Cada gesto, cada movimiento, se descubre siguiendo el ritmo y el sentimiento de la serie de notas, de instrumentos que inundan los oídos y que se mezclan con los reflejos de la luz, con los miles de colores; y la realidad se vuelve mía.
A lo lejos, distingo una figura que se acerca. Paso a paso por la larga avenida de cristal, los edificios vuelven a su estado natural y retoman la opacidad de sus fachadas. Bajo los pies de quien se aproxima, aparecen de nuevo los desgastados adoquines. Cuando me llega el olor de su perfume, cuando ya se encuentra frente a mí, pronuncia unas palabras y mi mundo propio se desvanece y vuelve a esconderse en mi mirada.
Teniéndola frente a mí, no tengo ya que imaginar una vida mucho más allá."
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