martes, 26 de julio de 2016

AL MENOS, TÚ

"Ya no estoy.
He conseguido desaparecer en el viento,
deshidratar todo mi ser
y no volver a existir.

Ya no estoy,
y no me conociste ni un segundo,
ni el filo más desapercibido de un momento.

Ahora, al fin, he dejado de sentir,
o eso quisiera:
sentir lo que hay alrededor,
sentir acercarse a otro cuerpo,
sentir que no estoy sólo,
que esto es sólo el principio de otro cuento.

Pero todo acaba
como acaba lo que no ha empezado,
y así se digerirá,
tan perdido en las entrañas de una carne inexplorada
que no quede al final sino la eterna nada,
el vacío impertérrito que nos aleja sin querernos.

O al menos, tú.

Por entender, nada hubo mal comprendido,
sino todo lo contrario:
la voz no pudo llegar a expresar lo que dijeron esos gestos mal avenidos,
esos de una noche cualquiera y todas las demás.

Ya no estoy.

Ya no, y por no poder ni encontrarme,
por haberme perdido tanto entre un querer y un olvidarme
que la cabeza decide no escuchar al corazón y éste,
a su vez y oyendo atentamente tus palabras, tu "protégeme",
hizo de tripas lo propio y acertó en torturarme.

Ni contigo ni sin ti
queda nada en esta ausencia
tan desmedida como inesperada.
Ni contigo ni sin ti,
y por mucho que me rebele nada cambia:
no amanece más pronto,
no escampan los sueños de la esperanza,
no se posan los días en horas calmadas
y los ojos descansan fija la mirada
en alguien que, como no podría ser de otra forma,
ya no está, ni se la espera, ni pudo entender
los rincones oscuros de otra que no fuese su alma.

No era el tiempo y no lo será.

Perdóname, no lo he podido evitar.

Ya no estoy."

lunes, 25 de julio de 2016

NO LO MERECES

"No mereces nada. 
No mereces el agrandarse de mis pupilas cuando te veo aparecer. 
No mereces estas manos temblorosas al tocarte, al abrazarte... al imaginar que lo hago.
No mereces la respiración entrecortada que no me ha abandonado un sólo día desde aquella noche luminosa en que nos encontramos.
No mereces los miles de pasos dados en tu ausencia, esperando encontrarte en cada rincón.
No mereces la infinidad de segundos que mi atención se desvía en un sueño jamás tenido en el que el centro de todo eres tú.
No mereces las palabras que sangran lo más interior con tal de aliviar ese dolor tuyo que, aunque comprendo, no está en mis manos aliviar.
No mereces las sonrisas furtivas que no puedo ocultar al ver tus ojos acercarse calle abajo, ni aquellas que me endulzan la espera, sentado en mi coche con la única compañía de la música que he elegido para ti.
No mereces los pensamientos de tanta alegría que desatas en mi imaginación.
No mereces que el mundo sea tan tuyo, cuando ni una sola señal da muestras de regalármelo de vuelta.
No mereces esos silencios tan bonitos en que no nos decíamos nada con la boca, en que los ojos hablaban y expresaban tanto...
No mereces estas luces de la noche que te hacen, si cabe, todavía más preciosa.
No mereces que mis ojos se claven únicamente en los tuyos aunque no estés, ojos de gata. 
No mereces la tinta que he derramado en noches en que no podíamos dejar de hablar.
No mereces que nadie más haya tenido importancia en tanto tiempo, que nadie te llegase a la altura de las suelas de los zapatos.
No mereces toda la emoción al tenerte sentada a mi lado, sonriendo y feliz, como te hubiese querido ver siempre.
No mereces el dolor que sentí al verte llorar desconsolada, y tanto que fue...
No mereces mi intento de hacer algo tan bonito para que lo vivieras.
No mereces el vacío que lo llena todo cuando desapareces.
No mereces esta desesperación tan controlada en que una sola palabra tuya puede calmar mi corazón a la deriva.
No mereces estos días en blanco en que nada ocurre porque no estás tú.
No mereces la desilusión de todo aquello que tanto me costó ganar.
No mereces que empiece y acabe los días contigo en la cabeza, te escriba o no.
No mereces que todos vean cómo acaba lo que nunca hubo empezado, porque ni tan siquiera lo comprenderán.
No mereces que crezca a tu lado, que me haga más sabio solamente porque estás.
No mereces que todos mis esfuerzos por hacerte feliz, por verte sonreír, tuvieran éxito en su justa medida.
No mereces que salga de la nada y te pregunte, que te acompañe y sepas que tienes dónde llorar.
No mereces este fin de los días que no han empezado.
No mereces el dolor de ver cómo te alejas, cómo no hay otro remedio porque de alguna manera tengo que descansar.
No mereces tanto, que te lo hubiese dado todo sin pensarlo ni un segundo. 
No mereces tanto...

Y, sin embargo, te quiero."